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Danzas

La mejor joya folclórica que se conserva actualmente en Elciego, es sin duda las danzas autóctonas que cada 8 de septiembre baila fielmente el pueblo ante la mirada fija y sonriente de su patrona La Virgen de la Plaza. Esta variopinta mezcla de sentir popular y religión que se funden en un tono musical la ha mantenido nuestro pueblo hasta nuestros días con todo el cariño y fidelidad hacia su propia existencia. Vamos a intentar describir y desarrollar a grandes rasgos aquellos aspectos que más interés tienen para el etnógrafo, para el curioso y para cualquier hijo del pueblo que, sin logísmos ni investigaciones, cada año acude a ver sus danzas y oír sus gaiteros, impulsado por una fuerza interior.
Hasta hace pocos años, los gaiteros de la zona principalmente de Villabuena y Laguardia, han sido motores musicales que han movido los cuerpos religiosamente vestidos. Últimamente son los gaiteros de nuestro pueblo, los encargados de tal función.
Ocho chicas dirigidas y animadas por el cachimorro son las que en la actualidad bailan nuestras ancestrales danzas. Los movimientos rápidos, quizás en algunos momentos bruscos, pero siempre rítmicos y simétricos nos recuerdan que los más ancianos del pueblo en sus años mozos, eran los ejecutores de estas danzas y de algunas más hoy en el olvido. Con sus años dejaron atrás los palos, los cellos de barrica adornados y las variopintas cintas que ornamentaban y arritmaban las danzas. Solo el paso del tiempo no ha podido con el místico y burlón cachimorro. Quizás su papel dirigente y agresivo ha dejado menos margen a los cambios femeninos y de mejor compostura.
Cinco son los bailes que en los últimos 50 años se han realizado y fijado como danzas de Elciego:

Pasacalles: Se utiliza para el acompañamiento de la Virgen de la Plaza hasta la parroquia y viceversa. También se emplea como introducción y finalización de las danzas.

La Danza: Comienza con una coreografía en forma de "V" y realiza una serie de trenzados en forma de ocho para acabar con los brazos estirados, paralelos al suelo y situados unos enfrente de otros.

Las cuatro calles: Con una estructura pura de paloteado y que se repite hasta cuatro veces en medio de un sinfín de cruces y descruces.

El Árbol: Baile vistoso y de corte exclusivo en todo el País. Pese a ser una Zinta Dantza, no se hace un trenzado de las cintas, sino que se van colgando en el árbol. Los danzantes se van arrodillando y abrazando el árbol y, tras colgar las últimas cintas, vuelven a su posición original.

La Jota: De estructura distinta a los bailes anteriores. Sin importar los años que tiene es un baile muy popular y queda plasmado en la misma escala que los otros.

 

Quiénes bailan

Hoy en día el grupo lo constituyen ocho chicas y un cachimorro. Antiguamente bailaban ocho chicos, cachimorro y bastonero. Como hemos dicho antes, las danzas son varoniles, con movimientos bruscos y rápidos, poco femeninos. El cambio de chichos a chicas es de muy fácil explicación:
En nuestro pueblo, y pensamos que en la mayoría de los alrededores, es más fácil reclutar chicas que chicos.
En los años cuarenta, la sección femenina asume la tarea de volver a bailar las danzas ya que en tiempos de guerra no eran interpretadas, y al montar el grupo lo prepararon con chicas, ocho en concreto más el cachimorro.

 

Vestuario

Antiguamente los chicos vestían camisa y pantalón blancos la víspera de la fiesta. El día de la fiesta añadían una sayuela blanca adornada con lentejuelas. A parte de esto, calzaban alpargatas, una faja de color rojo para sujetarse la sayuela, un pañuelo ó una cinta de color cruzando el cuerpo, un pañuelo en la cabeza al que llamaban chorongo (el cual iba adornado con una rama de albahaca) y un escapulario de cada cofradía de las ocho que había en Elciego, es decir que cada cofradía aportaba un danzante.
En la actualidad la ropa utilizada difiere en gran manera de la primitiva. La explicación es esta:
El año 1945 las danzas de Elciego acuden a Madrid, concretamente a la Feria del Campo. En aquél entonces, con el grupo recién formado hubo que adaptar el vestuario masculino a uno femenino, y hábilmente lo hacen de la siguiente manera: El pañuelo ó cinta que cruzaba el pañuelo de los chicos lo sustituyen por un mantón de Manila, muy de moda en esta época y más en Madrid. La sayuela blanca la sustituyen por unas más vistosas cedidas por el grupo de Villabuena para la ocasión. El pantalón blanco se sustituye por sayas ó cancanes blancos hasta la rodilla rematados con vistosos encajes y puntillas. Por último la camisa blanca es sustituida por una blusa también blanca en cuyo cuello y puños asoman encajes y puntillas. Lo único que no cambia del antiguo traje masculino son las alpargatas y el pañuelo rojo en la cabeza.
El cachimorro, único varón en el grupo, va vestido con traje estampado y policromado, con anchas cintas de colores en el cuello y cintura rematadas con cascabeles, y un gorro acabado en punta. Dirige el baile con un palo largo en cuyo extremo lleva un manojo de cintas de colores, calza sus pies con una alpargata de distinto color que la otra, al igual que sus medias. Viendo bailar a este personaje es fácil adivinar que hace el papel de bastonero dirigiendo el baile y a la vez va vestido de bufón como los cachimorros. No tenemos noticias de cuando un personaje absorbe al otro.

El grupo de danzas estuvo compuesto por chicos y chicas pero a finales de los 70 desapareció el grupo de chicos. En 2015 los antiguos dantzaris masculinos decidieron retomar el paloteado ya existente y se creó el paloteado “Valduengo” compuesto `por los Gaiteros de Elciego y coreografiado por Amagoia Egiluze y Jon Fernandez.

Imágenes: